El miedo es una emoción poderosa. Puede detenernos en seco, impedir que alcancemos nuestros sueños y objetivos. Pero… ¿qué pasa si te dijera que puedes hacer las cosas a pesar del miedo? Vamos a descubrir cómo.
1.
Primero, piensa en tu por qué. ¿Por qué quieres hacer lo que te da miedo? ¿Qué es lo que te mueve, lo que te inspira? Toma un momento, cierra los ojos y visualiza tu objetivo final. Imagina a dónde quieres llegar.
Visualiza el resultado. ¿Cómo te sientes? ¿Qué ves? ¿Qué escuchas a tu alrededor? Escribe estas sensaciones en tu planner. Este es tu motor, tu razón de ser.
El por qué es tu brújula. Te guía y te recuerda por qué empezaste, especialmente cuando el camino se pone difícil. Por ejemplo, mi objetivo es ser escritora, por eso quise sacar una novela que es Nina y los zapatos del tiempo. Tenía mucho miedo de lo que pudiera pasar. ¿Y qué pasa si a nadie le importa? Sabes qué, lo hice igual.
2.
Otra clave es sentirte cada vez más viva. No se trata solo de alcanzar una meta, sino de disfrutar el viaje. Pregúntate, ¿qué actividades, qué acciones, te hacen sentir así? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?
El miedo nos quiere mantener en nuestra zona de confort, pero la vida se trata de explorar, de sentir la adrenalina de lo nuevo y desconocido. Así que, desafíate. Haz una lista de cosas pequeñas que te asustan y empieza por la más pequeña. Cada paso cuenta. Otro ejemplo, yo que soy poeta desde muy chica, siempre tuve miedo escénico, terror a hablar en público, pero no iba a dejar que eso me pare, entonces me desafié a ir a micros abiertos a leer mi poesía, quédate hasta el final si lo quieres ver. No te tiene que salir perfecto, solo tiene que hacerte sentir viva, esa sensación de que estás viviendo cada momento al máximo y aprovechando el momento presente. ¡Y eso no tiene precio!
3.
Y aquí viene la parte divertida: regálate una recompensa por haberlo conseguido. Sí, cada pequeño logro merece ser celebrado. Puede ser algo simple, como un paseo en tu lugar favorito, una deliciosa taza de café, o incluso una tarde de descanso.
Las recompensas no solo refuerzan el comportamiento positivo, sino que también te hacen apreciar el esfuerzo que has puesto. ¿Qué te gustaría darte como recompensa por tu valentía? Ten claro lo que te gusta y te hace sentir bien para dártelo cada vez que cumplas aunque sea una pequeña meta.
Recuerda, el miedo no se va por completo, pero tú te vuelves más fuerte. Cada vez que actúas a pesar del miedo, te das cuenta de tu propio poder. Así que, la próxima vez que sientas ese nudo en el estómago, recuerda tu por qué, busca sentirte más viva, y planea esa pequeña recompensa. ¿Quieres comenzar ya? Si realmente estás comprometida, te puedes descargar tu guía para vencer cualquier miedo y contestar estas preguntas.
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