Nunca te compares nunca.

Eres única e inigualable, creada para ser tú en tu máximo potencial sin importar quién tenga al lado. Dicen que el pasto siempre parece más verde del lado del vecino, pero como también dicen, no todo lo que brilla es oro. Cada quien tiene sus propias batallas y dramas de los que ni te enteras, por eso es mejor no mirar al costado y mucho menos comparar ni compararse con el otro. La mejor opción siempre es centrarte en ti y en todo lo que tienes para darle al mundo, que seguro es mucho.

Un pequeño ejercicio que te recomiendo es tomar un cuaderno bonito y algo para escribir, y hacer una lista con todo lo que te gusta de ti en una página. En la siguiente, haz una lista de diez cosas por las que estés agradecida y que te hagan sentir feliz. Verás que a medida que vayas escribiendo, te irás sintiendo mejor y más centrada. Y si necesitas una pequeña ayuda en tu vida cotidiana…

 

«Nunca te compares nunca
y que te parta un rayo
antes de mirar
hacia un costado
y que te invada
la inoperante rabia
de querer ser
lo que es el otro.
Que nada es
que tú no seas.
Que solo ves
lo que ha quedado
de sus batallas
que no son tuyas,
que no te llenan,
que no las quieres
ni las querrás.
Quieres las propias:
incomparables y abnegadas;
destellantes, relegadas.
Y siempre tuyas.»